Oímos decir con cierta asiduidad que el Senado sería mejor cerrarlo porque es una Cámara inútil, que no tiene una función específica, y que es un cementerio de elefantes. Y todo eso es cierto, al menos en parte. Pero no es esa la cuestión que nos interesa destacar ahora. Además de lo anterior, el Senado tiene una función de importancia notable, cuando no existen mayorías absolutas en el Congreso, y más cuando la mayoría del Congreso es distinta de la del Senado. Y eso es lo que va a ocurrir el próximo día 26 de Junio. El Congreso tendrá una mayoría de centro izquierda, y si no lo remediamos el Senado tendrá mayoría absoluta del PP.
¿Y qué puede hacer el PP con esa mayoría absoluta en el Senado? La Constitución lo dice claramente en su artículo 90. Si el Congreso remite un proyecto de ley al Senado, éste tiene, si está en disconformidad con dicho proyecto de Ley, la facultad de enmendarlo o vetarlo obligando a que el Congreso tenga de nuevo que volver a aprobar dicha propuesta de Ley, todo ello en un plazo que va de los veinte días a los dos meses, dependiendo de si la tramitación se hace por vía de urgencia o no.
En un escenario político tan complejo, en el que las mayorías se negociarán permanentemente, lo que hasta ahora ha sido una función menor del Senado puede jugar un nuevo papel. Primero de bloqueo de las decisiones tomadas en el Congreso, y después de desgaste de un presumible gobierno de centro izquierda, tratando de cortocircuitar las mayorías parlamentarias. Por usar un símil automovilístico, obligando al Gobierno y al Congreso a caminar con el freno de mano puesto, y calentar así toda la maquinaria.
El poder de veto del PP en el Senado puede ser suprimido si los resultados electorales consiguen que no disfrute de mayoría absoluta en la Cámara Alta, porque ese poder de veto sólo lo otorga la posesión de dicha mayoría. Por eso es clave el próximo 26 dejar sin esa opción al PP, si queremos que un gobierno de centro izquierda acometa reformas de gran calado sin tener la amenaza de veto pendulando como una espada de Damocles.
En el 20D no se tuvo en cuenta esta cuestión y ello trajo como consecuencia una abultada mayoría del PP. Ahora sería conveniente que esto no volviera a suceder, si no queremos ver como medidas políticas antiausteridad quedan encalladas en la procelosas aguas de la burocracia senatorial. El desafío que tiene planteado Unidos Podemos en Canarias es ampliar la base de representación senatorial, sumando a los dos logrados en diciembre de 2015 unos cuantos más. Ello ayudará a debilitar al PP y dar un empujón de gran valor a las fuerzas del cambio.