El escenario internacional va complicándose con los meses a Este y Oeste. En los EE.UU está tomando cuerpo la posibilidad de una presidencia republicana, que en el mejor de los casos la ocuparía el extremista Ted Cruz, que es un fanático cristiano evangélico, defensor de todos los valores del conservadurismo más extremo en los EE.UU. Neoliberal acérrimo, aguerrido defensor de las armas, promete duras medidas contra los inmigrantes, enemigo del liberalismo moral, es calificado por el diario madrileño La Razón como radical de derechas. A su derecha, lo cual ya es verdaderamente increíble, se encuentra Donald Trump. Este filofascista sigue avanzando como principal candidato presidencial del Partido Republicano y conserva una distancia significativa de delegados (446), con su perseguidor más inmediato Ted Cruz (347). La alternativa republicana será, por tanto, muy radical de derechas quienquiera que sea elegido candidato a la presidencia.
El Partido Demócrata tendrá una candidata, si se confirma la mayoría de Hillary Clinton frente a Sanders, lo que parece muy probable, dado que Clinton ha obtenido hasta ahora 1.221 delegados por los 571 de Sanders. Pero Clinton tiene un talón de Aquiles que seguramente será explotado en campaña, y es el asunto de los mail de su cuenta privada, que usó siendo Secretaria de Estado. Eso es un problema latente que puede hacerle mucho daño en la campaña presidencial y darle ventaja al líder republicano que compita contra ella.
Del Este los problemas migratorios van a seguir acentuándose, y con ellos degradándose los derechos humanos y las viejas “políticas humanistas” de Europa. Las relaciones con Turquía entran en un momento de tensión considerable, por su papel en el conflicto Sirio y sus desencuentros con Rusia. La UE vive tiempos de incertidumbre y sus costuras más democráticas parecen quebrarse (Schengen, políticas sociales, etc.), sin embargo, el plan neoliberal sigue operativo. Un desafío abierto y en soledad a las políticas de la Troika traerá aparejada una derrota del movimiento popular, y de su expresión electoral, como ocurrió en Grecia. La alianza neoliberal en la UE es aún poderosa y no encuentra contestación ni en Alemania ni en Francia, que sería en donde de verdad, junto con los del sur, podría producirse un cambio de dirección en las políticas de la Unión.
En el Estado español una amplia mayoría parlamentaria respalda lo esencial de las políticas neoliberales, y la correlación de fuerzas surgidas del 20D sigue siendo muy favorable al neoliberalismo, aunque es cierto que Podemos ha supuesto la apertura de un importante espacio para la disidencia, y un suelo a partir del cual conseguir a medio plazo una mayoría política y social. Pero hoy aún no es así.
Como consecuencia de los escenarios anteriores una táctica a medio plazo (dos años), nunca exenta de riesgos, consiste en dejar que gobierne el PSOE en minoría junto con Ciudadanos, garantizando su investidura con una abstención negociada, a cambio de algunos puntos básicos, entre los que deben estar: 1) impulsar una RTVE independiente y crítica, que servirá para ahondar en el debilitamiento del PP, entre otras cosas, como hacer verdadera pedagogía democrática con la cuestión nacional en España, porque sin resolver este asunto seguiremos estancados con el problema territorial por siglos, como de hecho lo estamos; 2) Continuar y ahondar las políticas contra la corrupción; 3) Supresión de la ley mordaza y, en fin, algunos otros puntos que la dirección del partido crea conveniente, pero sabiendo que estaríamos en un escenario de exigencia de principios básicos, y jugando con la opción del voto negativo en el Parlamento, cuando las medidas gubernativas no se avengan a criterios compatibles con los de Podemos.
Con ello se ganará tener un gobierno del estado en minoría que se verá obligado a negociar todas la medidas de calado en la legislatura. Se deja que tanto el PSOE como Ciudadanos se desgasten negociando con la actual troika las partes de su acuerdo no compatibles con las exigencias de recortes. Podemos se coloca a la expectativa analizando cómo evoluciona la política internacional y de la UE, y se prepara para unas más que probables elecciones tras una legislatura corta. También se consolida como la mayoritaria oposición de izquierdas. Me parece que es preferible ese escenario que abocar al país a nuevas elecciones en las que los resultados son inciertos, el desgaste mucho, y las ganancias pocas.