Después vino la información de los acuerdos alcanzados en la UE sobre cómo hacer frente a las migraciones de africanos hacia las costas de Europa. Se había logrado firmar un Pacto Europeo de Migración y Asilo (PEMA) que las instituciones europeas describieron como un gran triunfo, ya que se habían puesto de acuerdo un montón de gobiernos para hacerle el juego a las organizaciones fascistas, dando así cabida a sus locas demandas. Así que, con este acuerdo, los niños africanos podrán ser detenidos a su llegada a Europa. Estos niños detenidos serán hacinados con los adultos detenidos, en muchos casos, gente desconocida para ellos. El pacto también posibilita que cualquier gobierno de la UE con el pago de un canon de 20.000 euros por persona pueda rechazar la acogida de población inmigrante. Si la situación ya era lamentable antes del pacto, después de su firma los inmigrantes lo van a pasar peor, y los niños y niñas serán castigados sin miramientos. ¡Qué momento tan raro estamos viviendo! Los sionistas sacrifican a los niños palestinos (cortar el césped lo llaman) y los europeos se suman a esta práctica de castigar a las poblaciones de menores. La UE, Europa, está definitivamente perdida para la causa de la humanidad. Francia, la cuna del humanismo, es incapaz de representar ya nada de eso. Alemania, después de Kant, Hegel o Marx, no nos ha traído sino desgracias.
Y Europa es un lugar falto de recursos para que su sistema depredador pueda seguir reproduciéndose. Por eso Europa y sus multinacionales deben ir a África a esquilmar las riquezas naturales. ¡Pero ojo! Europa no quiere a los africanos, solo quiere su petróleo, su gas, su uranio, sus diamantes, su cacao, sus peces, sus mercancías.
Ahora se ha lanzado a la búsqueda de más recursos energéticos para sustituir lo que no puede importar de Rusia. Y en Europa, cuna de esa gente de piel rosada, salivan y babean por el petróleo y el gas de África, y allá van, cueste lo que cueste. Ahora desean a Nigeria, a Argelia, a Egipto, a Gabón, a Mozambique, a Senegal, a Costa de Marfil y a Ghana. África occidental se dispone a ser perforada hasta el tuétano.
Las inversiones para la exploración de estos recursos alcanzaron la cifra de 5.000 millones de dólares en el año 2022. Muchas multinacionales occidentales están a la búsqueda de esos recursos para alcanzar la cuota de 15.800 millones de barriles de petróleo en 2030. (Esto es como una agenda 20/30 al revés)
En África occidental se encuentra el 60% de los descubrimientos recientes del continente. La producción de gas natural se estima alrededor de 50 billones de pies cúbicos. En 2017 Kosmos Energy (USA) halló un enorme yacimiento frente a Senegal de 15 billones de pies cúbicos. En el 2019, la italiana ENI encontró gas en Ghana por un volumen aproximado a los 700 millones de metros cúbicos. Dos años después, BW Energy descubrió petróleo en Ghana y Costa Marfil con cálculos entre 1,5 y 2 mil millones de barriles de petróleo, junto con entre 1,8 y 2,4 billones de pies cúbicos de gas. En Níger también se han producido nuevos descubrimientos de petróleo, con unas reservas estimadas de 3.800 millones de barriles, y las de gas en unos mil millones de metros cúbicos.
La canadiense Zenith Ener negocia con Benín una licencia de exploración de petróleo y gas en alta mar. La Total francesa acordó con el gobierno de Guinea explorar el petróleo y el gas frente a sus costas. En 2021, el gobierno de Guinea-Bissau permitió que varias empresas internacionales de energía comenzaran las tareas exploratorias de petróleo y gas en 11 áreas de alta mar. En abril de 2023, Liberia concedió a ExxonMobil la exploración de cuatro posibles bloques de petróleo. Después de las operaciones exploratorias llevadas a cabo por multinacionales estadounidenses, británicas y francesas, las reservas de gas natural de Mauritania se han calculado en 100 billones de pies cúbicos, de esta manera el país podría convertirse en uno de los grandes lugares de reserva de gas de África. Shell continúa con sus explotaciones inmisericordes en el delta del Níger, dejando una gran área degradada y contaminada en la que viven 30 millones de personas.
Pero no crean que esta riqueza reportará beneficio a los pueblos africanos. Bien al contrario, los sumirá más en su pobreza, y esto alentará más movimientos migratorios. No es muy difícil de entender. Europa y los EE.UU. sostendrán gobiernos corruptos y represivos, continuarán saqueando las riquezas del continente y los europeos podrán seguir llenando sus coches de gasolina, encendiendo las luces en sus ciudades, y comprando ingentes cantidades de basura al polo industrial chino y asiático. La extrema derecha, especializada en la política de la carroña, atizará las contradicciones entre los pobres de Europa y los inmigrantes más pobres llegados de África.
Hay mucho por hacer.